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Antes que caigan en el olvido mis escritos

El fenómeno salvadoreño Nayib Bukele, desde el punto de vista de la Comunicación Pública.

Nota introductoria:

Millenials: nacidos entre 1980 al 2000.

Características que los distingue: 1) “Multitasking”(muchas responsabilidades al mismo tiempo); 2)Conectados: Internet es parte de sus vidas; 3)”Tech-Savvy”: es exactamente lo que denominamos nativos digitales.

¿Qué buscan?: 1)La satisfacción y el reconocimiento inmediatos; 2)Un estilo de vida balanceado y flexible(no existe la semana de lunes a viernes para ellos); 3)Colaboración (orientados al trabajo en equipo); 4)Transparencia (aprecian la honestidad y la mentalidad abierta de sus jefes y colegas); 5)Ambición de avance (no son los más pacientes para esperar su turno para obtener una promoción en el trabajo, conocen sus limites y exigen ser reconocidos o simplemente abandonan por otra oportunidad mejor).

Duelo de generaciones.

La revancha de los “Millennials” ante los “Baby Boomers” debería llamarse esta nota pues lo que estamos viviendo actualmente es la ruptura de paradigmas de comunicación similares a lo vivido en el occidente durante los años 60 y 70.  La elección de JFK en los USA y de Pierre Elliott Trudeau en Canadá no fueron frutos del azar. En El Salvador un joven ingeniero también conquistaba los corazones de muchos electores y era nada menos que el Ing. José Napoleón Duarte. No voy a detenerme es si fueron bueno o malos políticos. El asunto no es ese, sino de verlos dentro de una perspectiva de comunicación.

En esos años se rompieron con las tradiciones familiares, se logra en muchos países el divorcio, aparece la píldora anticonceptiva y se rompe el paradigma familiar típico norteamericano. JFK, representaba otra cara ante el tradicional candidato Nixon. Y su elección se debió a la imagen refrescante y joven frente a un establishment decrepito y pasado de moda. En Canadá, llegamos a hablar de una Trudeaumania, un joven político fuera de norma con un nivel intelectual superior y un carisma excepcional capaz de robar el corazón de muchas señoritas de esa época. Y Duarte en El Salvador, era el joven político que representaba las ambiciones de muchos, bien hubiese podido morirse como alcalde de la comuna capitalina, pero sus sueños y ambiciones eran mayores y en 1972, se lanzo como candidato a la presidencia contra un oscuro militar el coronel Molina. El fraude trunco los sueños del joven político. Seria cuestión de tiempo para que viese realizado su sueño en los años 80. El slogan: “Con Duarte, aunque no me harte” todavía es recordado por muchos de mi edad y por aun mayores.

Los personajes mencionados tienen algo en común que es la juventud y la novedad. Lo que pudieron hacer o no hacer en política es parte de los historiadores políticos. Pero la popularidad de ellos representaba algo que sucedía en la sociedad en la cual ellos vivían.

Hoy en día, El Salvador sufre una fractura generacional en el ámbito político, pues desde el fin del conflicto armado, se dejo se ser una dictadura militar y el ejército se profesionalizo y el poder paso a manos de los partidos políticos vía un proceso electoral. El pueblo celebro con jubilo el fin del horrendo y largo conflicto armado. El Salvador había dejado de ser el centro industrial de la región y toda la economía está por los suelos.

El nuevo panorama político en El Salvador, dejo atrás viejos partidos como el PCN partido oficial de los militares y el PDC, los demócratas cristianos que habían mantenido viva la lucha política partidaria hasta 1979. Después de la firma de los acuerdos de paz, el terreno estaba abierto para el bipartidismo entre ARENA, representando los intereses de la clase dominante y el nuevo partido bautizado como FMLN que retomaba las siglas de la guerrilla y se convertía en partido político.

Desde ese entonces la escena política de El Salvador fue dominada por personajes de una edad que corresponde a lo podemos llamar “baby Boomers”, en su mayoría nacidos antes o después de la Segunda Guerra Mundial.

A partir de ese entonces el discurso de los políticos retoma los temas de los años 80, los unos llamando a los otros “comunistas” con visión de transformar el país en otro Cuba y luego cambiaron de país y hoy solo hablan de Venezuela. Los otros insultando a sus contrincantes sacando verbalmente los abusos y masacres cometidos durante la guerra sin jamás dar un solo paso por la búsqueda de la justicia.

En cada elección el mismo disco se sacaba, los unos eran “escuadroneros” y los otros comunistas, ambos utilizando las mismas viejas técnicas heredadas de los años 60. Todo se resume siempre en ir a visitar los mercados, tomarse fotos dando la mano, tomando un niño pobre en los brazos, dar regalitos miserables, repartir refrigerios y camisetas entre los asistentes a sus reuniones y sobre todo HACER PROMESAS:  Acabar con la violencia, crear empleos, regalar computadoras como si fuesen tamales y otro respondiendo que regalaría “tablets”.

¡Y con eso llego Nayib!

Pero un joven astuto e inteligente logro infiltrarse dentro de uno de esos dos partidos que juegan siempre un teatro para parecer enemigos y fuera de cámaras compartir la misma mesa y la misma cama, este joven no era el único pues dentro del otro partido ARENA, otro joven también mostraba esa sed de cambio.

El Salvador es un país joven pues el grueso de su población activa laboral nació durante o después del conflicto armado con más de 3 millones de habitantes viviendo afuera y 6 millones dentro del reducido espacio geográfico del país. Y dentro de este escenario toda la clase política dominante de todos los partidos son señores en su mayoría pues las mujeres en política siguen siendo una minoría, que deberían ya estar en retiro y dejar el lugar a las nuevas generaciones.

Nayib Bukele logro escalar muy rápidamente las escaleras del poder, logro demostrar su capacidad de administración en una pequeña municipalidad que su partido jamás había ganado y luego de eso con su estilo y su capacidad de comunicador logro catapultarse como candidato a la alcaldía de la ciudad capital. En pocos meses en lugar de perder apoyo dentro de la población se convirtió en casi una estrella dentro del firmamento político salvadoreño.

Pero ¿Cuál es la razón del éxito como figura política en el caso de Nayib Bukele?

Bueno es imposible hablar de UNA razón pues existen muchas y si empezamos como si fuera una investigación podríamos hablar de variables que juntas permiten explicar o ver más claramente un fenómeno. Así de manera grosera podemos decir que hay variables internas propias a la persona y en este caso a Nayib, las cuales no pueden ser copiadas o simuladas por otras personas y estamos hablando de variables como el carisma, la empatía, las llamadas “soft skills” y sobre todo las competencias de conectarse con un público.

También existen variables externas, que tampoco pueden explicar a ellas solas el rápido auge de la carrera política de una persona con un pasado corto en materia de participación política. Y entre las variables externas podemos mencionar el contexto nacional en lo político, social, económico y de seguridad, el desprestigio de los partidos políticos, la ruptura generacional entre los que votan y los que han sido elegidos hasta el 2015, la ruptura tecnológica entre los usuarios y adeptos a nuevas formas de comunicación y otros que siguen pensando que para pasar el mensaje los viejos medios o canales funcionan.

Las variables internas del personaje

Tratemos de ver a Nayib Bukele con sus variables intrínsecas propias a él. Voy a tratar de recordar mis clases de literatura cuando mi querida maestra Dora Judith Hernández, nos pedía hacer el retrato psico-social del personaje de la obra. Era hacer la lectura a un nivel de análisis, leer Hamlet sin detenerse a pensar y escudriñar la personalidad torturada de un ser lleno de un complejo de Edipo que nunca pudo aceptar ver a su madre feliz en los brazos de otro hombre.

Aquí no haremos eso pues no tenemos material suficiente para decir que Bukele es así o tratar de hacer un psicoanálisis de cantina como lo hacen algunos mal llamados críticos políticos de la escena nacional. Ante todo, veamos lo que es Nayib y lo que proyecta dentro de lo que podemos definir la imagen “marketing”: Es joven inteligente, de familia acomodada que ha triunfado en los negocios.

Ya de entrada identificamos 3 dimensiones que lo hacen diferente a la mayoría de políticos activos en El Salvador: Nayib pertenece o se identifica a una generación post-guerra, una generación que no conoció los antagonismos históricos entre los bandos beligerantes de aquella época. En pocas palabras es más cercano a los “Millennials” que a la gran mayoría de decrépitos políticos que ya pasan la edad del retiro. De entrada, esa relación generacional lo hace más “presidenciable” que los otros candidatos presentidos en los partidos tradicionales.

Gracias a sus orígenes de migrantes palestinos que hicieron fortuna en los trópicos, pero que jamás fueron aceptados por las familias tradicionales de la “alcurnia” derivada de la colonia, logro obtener una buena educación liberal y de espíritu crítico. No podía ser de otra manera, el padre de Nayib era un hombre de ciencia con un gran talento político pues contrariamente a Enrique Álvarez Córdova, que sí se dio “color” o se identifico demasiado con las luchas del pueblo y le consto la vida, el padre de Nayib como un viejo zorro astuto sobrevivió y puso sus recursos al servicio de la causa en los años de la guerra.  Con eso, el joven Nayib adquiere una sensibilidad a la problemática social. Lejos estamos de afirmar que tenga la “ideología dogmática de la lucha de clases en las venas”, lo cual ya no existe y no por el hecho que la derecha lo haya aniquilado si no por el mal ejemplo de las “pseudo-izquierdas” que llegaron al poder en buena parte de Latino América.

Eso lo singulariza con respecto a sus colegas políticos actuales que en su gran mayoría carecen de la más mínima educación y se comportan con viles patanes. Es increíble ver diputados o legisladores (los que hacen las leyes) que a duras penas pueden leer y que para hacer una carta tienen que tener sus asistentes con salarios de más 3 mil dólares o miembros de gabinete con una incompetencia flagrante sobre el área que les toca administrar.

Al escuchar los discursos de Nayib en las últimas semanas, me he dado cuenta que lleva una estrategia de comunicación estilo Obama, un discurso directo sin andamiajes y retórica de políticos acostumbrados a engañar a los electores, un discurso apoyado con números y datos y con el agravante que ha hechos sus pruebas en los negocios y en la cosa pública.

Nayib es un “maestro” en el arte de utilizar las redes sociales, maneja bien la sociología de las redes y es capaz de utilizar un tipo de empatía virtual para hacer que su mensaje sea recibido por una población ignorada por los partidos tradicionales.

Finalmente, Nayib es un producto de su generación a la cual él se identifica.

NDLR: Me detengo pues por un momento pensé que era Dagoberto Gutiérrez 2.0!!

Me recuerdo el domingo en noviembre pasado en la cual hacia su declaración de buscar la candidatura presidencial para el 2019. Ese día hizo colapsar las redes, los servidores simplemente no podían dar abasto a tantas conexiones tanto dentro como fuera del país. Eso fue el jaque mate para los medios tradicionales: Los periódicos impresos, las radios en las ondas hertzianas y los canales de televisión todos esos medios controlados por un grupo reducido de enemigos de Nayib Bukele.

Nayib rompió el esquema comunicativo al apoderarse de los nuevos canales de comunicación mejor conocidos como redes sociales. Eso contrasta con la lamentable y poco reluciente entrevista que le hicieran al hoy presidente y no pudo responder sobre su correo electrónico, y otras más. Pero lo aberrante de todo es que toda esa gente tiene “tablets”, celulares y no son capaces de usarlos correctamente y es allí en donde Nayib literalmente les comió el mandado como dirían mis amigos mexicanos.

En sí Nayib Bukele es un producto de su generación y sus características personales lo hace identificarse con una gran parte de la población que en el 2019 serán los que decidan quién será el próximo presidente.

Las variables externas

Nayib Bukele con su carisma y popularidad tienen una vida efímera en la esfera política pues lo que hoy es viral mañana dejara de serlo. Hace un tiempo todo mundo gritaba y desgarraba las ropas por Justin Bieber. Era una demencia colectiva y hace pocos meses todo era “despacito” y honestamente no creo que se la canción más popular en las próximas fiestas navideñas.

¡Ahhh! Pero eso está por verse pues Nayib es un tipo fuera de norma y no se puede comparar con ídolos de pacotilla como estas estrellas de la música contemporánea. Y no afirmo eso por ser un “fan” si no por el hecho de ver primeramente sus logros como hombre de negocios, y luego como alcalde. No es necesario tener 30 años de vida política para ser un excelente candidato si no veamos los políticos que hemos tenido desde los 80.

Pero sus habilidades, conocimientos, carisma y aptitudes no hacen de Nayib Bukele un potencial ganador de la contienda política del 2019. Pero es el alineamiento de las estrellas que hacen hoy en 2017 vislumbrar con lógica y con racionalidad que Nayib Bukele se proyecta como futuro presidente en primera vuelta en las elecciones del 2019.

¿Pero qué es lo que determina ese pronostico que lo confirman las encuestas?

Dos grandes variables aseguran el triunfo de Nayib Bukele: La situación Nacional y los políticos agrupados en los actuales partidos políticos.

La situación nacional

Cuando hablamos de la situación nacional, el concepto es amplio, pero todos los salvadoreños van a decir: “puta, la situación esta jodida” o “La situación esta peor que durante la guerra” o los mayores dirán, “Antes uno era pobre, pero nadie lo iba a matar por un peso”.

La gente hace referencia a: 1) La seguridad Publica (la violencia tanto de las maras como de la seguridad del Estado que ha regresado a viejas practicas conocidas y denunciadas durante las dictaduras militares); 2) El empleo (los mayores de 50 años nos podemos rememorar que durante los 80, encontrar trabajo era un lujo pues no habían fuentes de empleos y solo se podían obtener si tenias “cuello”, hoy en día la situación ha caído y obtener un empleo para un joven sin experiencia se traduce como un milagro); 3) El costo de la vida (El Salvador es el país más caro de la región, todos los miembros de la diáspora lo sentimos pues muchas cosas son más caras que aquí en el norte, desde la dolarización cada vez que visitamos el país nos damos cuenta que cada año necesitamos llevar más dinero para adquirir los mismos servicios de antes).

Pero si hay algo que es casi sinónimo de la “situación nacional” es el termino de “corrupción”.  El país se mantiene a flote gracias a las divisas que la diáspora envía, la producción local es casi inexistente, la agricultura esta por el suelo, vivimos comprando todo del exterior incluyendo los frijoles y el maíz. Si no vendemos nada y todo compramos de afuera, la balanza de pagos esta en rojo, y el Estado gobernado desde hace casi 30 años por los mismo partidos FMLN / ARENA,  se han hecho del ojo pacho para recolectar impuestos al gran capital y toda la carga tributaria cae sobre las espaldas de la clase pobre. El nivel de prestamos ha alcanzado niveles nunca vistos. Hemos endeudado por lo menos 4 generaciones después de nosotros. Y todo el dinero del Estado solo ha servido para enriquecer una camarilla de corruptos y sus allegados.

Nadie en El Salvador cree que uno de los partidos sea “limpio” pero hay gente que defiende a capa y espada los partidos políticos pues se benefician directamente de su fidelidad a un partido a través de un puesto de trabajo.

Los partidos políticos

Si Nayib Bukele tiene que agradecer por su próximo triunfo, además de sus electores, será de darles las gracias a los partidos políticos y en particular al FMLN. Nayib Bukele, se hizo de enemigos rápidamente, mientras estuvo como alcalde del municipio de Nuevo Cuscatlán, una pequeña comuna casi olvidada y muy pobre. Era el tipo de alcaldía que nadie se peleaba por ser electo poco importaba el partido. Nayib es electo siendo el primer alcalde del FMLN dentro de un municipio duro del partido ARENA.

Rápidamente, comienza a darse a conocer por sus obras y por sus planteamientos bastantes liberales como cuando se opuso al gobierno por el acceso al agua potable para su comuna. Su éxito fue fulgurante y los medios internacionales comenzaron a verlo como un fenómeno nuevo. El partido que lo llevo al poder, a pesar, de tener ciertos recelos decide aportar a la Alcaldía capitalina con el joven estrella.

Con el triunfo en San Salvador se volvió en blanco primeramente del partido ARENA, que no dudo en lanzar ataques y sobre todo armar artimañas para socavar la popularidad del joven el alcalde. Pero no solo era el partido opositor, pues desde un inicio, logro despertar celos y envidia de un grupo muy poderoso en el seno de su propio partido. El grupo de comandantes “históricos” llamados “la cúpula” y sus seguidores, veían muy mal este joven que día a día les robaba seguidores, en pocos meses llego a consolidar una base muy fuerte entro los jóvenes y la gente que se idéntico a él y sobre todo que Nayib logro identificarse con la mayoría y eso a nivel nacional.

Fuerte de ese apoyo, no dudo ni un minuto en señalar errores a su propio partido, lo cual le trajo muchos problemas. Meses atrás, el FMLN, partido de tradición estaliniana, que no acepta la disidencia de opinión, constato que estaba perdiendo control en sus bases y que la gente estaba pidiendo ya que Bukele fuera el candidato a la presidencial del 2019.

La cúpula del FMLN, enceguecida por el poder no permitirá que otro foráneo como Funes, llegara al poder en el 2019. Hasta hoy en día ese grupúsculo de viejos comandantes no dudara un minuto en utilizar todos los medios, incluyendo el fraude para mantener el poder al estilo Nicaragua.

La pequeña piedra en el zapato, que les molestaba a los comandantes, era ya un tumor que había que eliminarlo, aunque esto les costara la Alcaldía de San Salvador. Y la historia reciente nos demuestra el nivel de perspicacia, sutileza o astucia posee el partido FMLN al recurrir a astucias típicas de un niño de 6 años en la escuela que llega a la casa quejándose que otro niño les saco la lengua o le puso un apodo. Pues el drama comedia que armo el FMLN, hizo crecer el descontento popular hacia ellos, y abono a la popularidad de Nayib Bukele. El ridículo que como partido y como gobierno lograron recolectar los comandantes sobrepaso las fronteras del país, transformándolos en el hazme reír internacional.

La expulsión del alcalde Bukele de las filas del FMLN, probablemente sea el comienzo del fin de un partido que se perdió transformando sus ideales en pura propaganda que ya el pueblo dejo de creer.  Los 20 años de gobierno de ARENA más los 9 del FMLN, lograron demostrar que ambos son los mismos lobos vestidos de ovejas, que media vez en el poder se olvidaron de sus promesas sumiendo al país a una pobreza galopante y mostrando cada día más que los únicos que logran cambiar sus vidas son las clicas que controlan ambos partidos.

Ante la incompetencia de ambos partidos, la corrupción que ambos han demostrado, la poca empatía que los lideres tiene con su pueblo ha hecho despertar al pueblo que hoy dice ni uno ni el otro y es allí en ese momento coyuntural que el pueblo se ha tornado hacia Nayib Bukele coronándolo, así como próximo presidente.

No podemos decir si será bueno o malo, ni tampoco podemos decir que logre su sueño de ser presidente pues ambos partidos están dispuestos a todo por impedir la destrucción del sistema bi-partidista del cual ellos han sido los únicos beneficiados y no el pueblo.

Pero que quede claro, si la situación nacional estuviese funcionando bien y si los partidos políticos no fuesen corruptos, el camino a la presidencia probablemente fuese un poco más difícil a este joven político.

 

diciembre 18, 2017 Posted by | Uncategorized | Deja un comentario